TAKINCHIS KALLPAN Y ZULI AZURIN

Hoy, al paso de los años, aparece con dos discos “Chairaje” y “La Fuerza de nuestro canto o Takinchis Kallpan”, en los que apreciamos la calidad inmejorable de cada una de sus interpretaciones, todas ellas recopiladas en territorios andinos de Cusco, Apurímac, Huancayo, Huancavelica y Ayacucho, enlazadas a la tradición de estas expresiones tan particulares. Y, en una, titulada, “Lorochay” se escucha la bien ensamblada combinación de sus voces, (gracias a la tecnología) la del poeta, escritor y cantante José María Arguedas y Zuli. Un disco en el que Julio Humala Lema endulza la garganta dulcificada de Zuli que se vierte al aire, a la nube, al sabor y a la reconstrucción de cada espacio andino. Este conjunto de recopilaciones son provenientes de distintos géneros musicales, como los harawis, los huaynos tradicionales, los santiagos y toriles.Claro que ella tiene un particular modo de interpretación, porque canta con el uso de los requiebros, combina muy bien las sonoridades altas y bajas, las graves y agudas en sus distintas canciones que provienen del canto indiano, ella no recrea las canciones, respeta la canción original, las representa tal cual son, por eso vuela, como en los andes, cuando las voces se convierten en cantos de pájaros hundiendo sus raíces en la sabia de los andes.

Zuli Azurin ha recorrido el Perú, desde sus orígenes andahuaylinos, como docente por más de 25 años, porque es Licenciada en Educación. Hoy, vive caminando y cantando por Lima, Cusco y Andahuaylas y muchos otros pueblos del país, lo seguirá haciendo, deslumbrando con sus interpretaciones de canto andino especial esparciendo con la sutileza espiritual que ella mantiene y se manifiesta.
Por eso periodistas como Manuel Jesús Orbegozo ha dicho de Zuli: “Su voz no es de colaratura, pero ofrece una gradación espectacular, serena belleza, calidez, ternura y nostalgia; que la diferencia como una cantante, no de shows, sino seria, de grandes méritos”. Al mismo tiempo el ensayista y crítico de arte Cesáreo Martínez indica: “El universo geográfico que abarcan las canciones de Zuli están ubicados entre los departamentos de Ayacucho, Apurímac y las provincias las del departamento del Cusco, es decir, la zona económicamente más deprimida del país. Esto, tal vez explique su extraordinaria riqueza lírica. Quien la haya escuchado cantar Arvejas Saruy o Carnaval de Tambobamba sabe que ese resquebrajamiento del sentimiento andino difícilmente entraría al circuito comercial. Sus usuarios son, más bien, intelectuales o estudiosos de etnología y musicología”.
Precisas son estas apreciaciones que hace Cesáreo Martínez sobre las canciones y la artista cantante Zuli, pues como nos lo ha contado, ella ha viajado a estos pueblos andinos de paisajes interminables, que en cada fecha de los carnavales, ser reúnen bajo sus Apus para cantar al amor, a las bellas ñustas que provocan con sus voz y sus tinyas personales el enamoramiento en los andes, a la tierra y a sus animales. Y no puedo dejar de transcribir las palabras de nuestro común amigo, ya lejos de esta tierra, Hernán Velarde, cuando presentó el disco “Chairaque” dijo: “Esa misma Zuli, mitad leyenda y mitad compendio vital de carne y hueso, acaba de grabar este CD con los tesoros de su corazón. Sólo su corazón en mitad de la inmensidad del país. Yo diría que era un deber ineludible que lo hiciera, como única depositaria de los huaynos con letras recién lloradas, que son propias de su lar nativo…Su canto está por encima de los conceptos ortodoxos del arte. Son magia, espacio ritual, campo de poder bajo la inspiración de Wiracocha, que se eleva en los Apus, a los Mallquis o momias sagradas, e, imperativamente, para ser escuchado por los jóvenes de hoy, tan anémicos, suicidas, omisos y anónimos. Zuli Azurín, recibe el homenaje de los runas del Perú profundo y verdadero, que te aman y respetan por lo que estrictamente vales”…
El CD Takinchis Kallpan ofrece 13 canciones hermosas, entre huaynos tradicionales de Churubamba, recopilación de Isaac Vivanco, canciones costumbristas de Cusco, carnavales apurimeños de las alturas, santiagos y harawies de Pampachiri de Andahuaylas, una mezcla de perfumes esperando seguir estando vivas en el alma y el fuego de vuestros corazones. Manuel Gibaja.
VENTANA DE LAS ARTES
EL CINE ES…

EXPOSICIONES
LAS MAMAPACHAS O LAS MAMAS DE LA TIERRA
No es precisamente el título de la muestra de un buen número de artistas visuales mujeres que exhiben en la Sala de Exposiciones de la Fundación Cultural del Banco de la Nación ubicada en la segunda cuadra de la Avenida El Sol, sino, que con el tema “Pachamama Santa Tierra” se ha logrado reunir a un ramillete heterogéneo de pintoras convocadas por la Fundación del banco y la asistencia en la coordinación de Pamela Arredondo Miranda, pintora y restauradora, convertida hoy, en gestora cultural, y creo que ha cumplido un buen papel, pues la difusión y gestión, ha logrado reunir a más de veintidós artistas procedentes de diversas latitudes, virtuosas de distintas disciplinas como escultoras, pintoras, fotógrafas, dibujantes, poetas, grabadoras y narradoras, esto es un logro ensalzable.
Se piensa casi siempre que la mujer está relegada, en situaciones inherentes a la maternidad o convertida en ama de casa, sin tiempo para la producción artística; pero no, esta muestra, es una respuesta fehaciente que hay mujeres que brindan su tiempo al arte en sus distintas expresiones, es un rico hallazgo, un contacto con sus realidades e interpretaciones sobre la tradición andina de la Pachamama, producto de su fe en su trabajo estético.
La participación a este evento ha sido libre, sin condiciones, sólo con la exigencia de que la obra esté dispuesta a ser colgada por su propio valor estético, y el Banco se compromete más bien a brindarles los catálogos, los afiches, las invitaciones y el espacio de la sala, algo bueno se recibe de una institución que felizmente todavía haya gerencias que están predispuestas a salvaguardar las expresiones artísticas de la cultura viva, esto hay resaltar y aplaudir.

PLUMA Y PAPEL
“CUZCO, AL ALCANCE DE MAESTROS Y ESTUDIANTES”

OPINIÓN
ESCRIBIR, LITERALMENTE
Por Lúmina J. Castro
Desde siempre, el hombre como buen simio ha espetado entre sus muchas cualidades la acción de contar, de manifestar, de espetar con su buen semblante algo, el don de comunicar, de recordar y escribir es una manera de hacerlo. Hoy en día la literatura es más libre, más accesible, desde una librería del centro, un puesto de piratería o una dirección de internet. Ahora escrutaremos la literatura como un ser conspicuo, un ser observable que a través de sus autores y sus dibujos intelectuales esperan ser apreciados.
¿De dónde nace el deseo de escribir? Vargas Llosa, menciona que el inconformismo, el deseo de vivir otras realidades y el escape, hace que en nuestro apasionamiento surjan una serie de líneas, sucesos, detalles y vida, que queremos haber tenido. Un demonio que espera salir a la luz y entre tinieblas de un lápiz o entre las teclas de un ordenador con el cursor parpadeando, yendo al encuentro de nuestras existencias literarias. La literatura surge de un ser inconsciente que devela su más profundo sentimiento de revivir, de esperar, de no olvidar, de agazapar con sus escritos el tiempo, aquí se aplica el: mientras puedas ser recordado, nunca morirás. Un escritor, es un ser que conserva la visión infantil de crear, de fantasear, de pretender dar vida, de dar ritmo, olor y plenitud a sus personajes, a su vida, a la literatura. Un ser inconformista, que almacena recuerdos con lugares, ropas, olores, objetos, que pueden ser en cierta forma reales, por vivencias propias o creadas en su propio espacio creativo. El recuerdo y la nostalgia hacen de la literatura un ser huidizo, al que queremos atrapar con palabras, frases, diálogos y ambientes. Carl Jung mencionó una vez que somos nuestros sucesos internos, recordamos no necesariamente lo que vivimos, sino lo que creemos haber vivido ese momento, donde tal vez puede haberse confundido con una fructífera imaginación. Así, la literatura proviene de recuerdos, de fantasías personales del escritor, de sus miserias, de su mundo paralelo, que a veces encapsulan personalidades de sus personajes. Humberto Eco en “Confesiones de Un Joven Novelista”, menciona que «inspiración» es una mala palabra que los autores tramposos utilizan para parecer intelectualmente respetables. Entonces, no hablaríamos sólo de inspiración por el genio del autor, sino de trabajo, de obstinación en merecer la terminación de la obra. Eco en este libro también cuenta que el poeta francés Lamartine describía a menudo las circunstancias en las que escribió uno de sus mejores poemas: aseguró que le había llegado completamente compuesto en una súbita iluminación, una noche que paseaba por el bosque. Después de su muerte, encontraron en su estudio un impresionante número de versiones de ese poema, que había estado escribiendo y reescribiendo a lo largo de los años.
Toda inspiración literaria, es toda acción para “llenar el pozo”, expresión utilizada para mantener esa obcecada imaginación, una dama sinuosa y huidiza, a veces es dócil y otras veces engreída, que permanece escondida en nuestra capacidad literata.
Escribir, puede entonces llamarse al aforo de plasmar ideas en un papel y literalmente es, para como todo el arte, soportar la vida.
Comentarios
Publicar un comentario
Noss leen y comentan, gracias: