EL INCA GARCILASO DE LA VEGA
EN LAS TABLAS
Escribe: Enrique Rosas Paravicino
Hay sucesos culturales que tienen un efecto propositivo
en la conciencia de nuestra ciudadanía. Tal el caso de la representación
teatral de la obra Garcilaso, retrato dramático del ínclito mestizo, creación
de Guido Guevara Ugarte, y puesta en escena por el grupo Máscara, en este mes
de abril. Son cuatro actos secuenciales, en los que se sintetizan la azarosa
vida, el exilio perpetuo, la pasión intelectual y el entorno montillano del
Inca Garcilaso de la Vega, el padre de la tradición letrada hispanoamericana.
Esta escenificación de Máscara en el Teatro Municipal del Cusco, denota viva prestancia dramática y, por lo mismo, aviva la identificación del espectador con tan ilustre historiador. Evidencia de ello es que, en la función del martes 17 de abril, el público la interrumpió con aplausos en tres ocasiones y al final la celebró de pie, estremecido por el impacto estético de la representación.
La
pregunta fluye natural y pertinente: ¿qué significa llevar a las tablas la vida
y pasión de Garcilaso en este siglo XXI en el que, por influjo de la
globalización, parecen disolverse las fronteras culturales?
Significa un sinnúmero de cuestiones. Veamos algunas de
ellas: En primer término, el tema Garcilaso nos invita a mirarnos en el tiempo
y la historia, por cuanto en su obra están las claves iniciales para entender
nuestro proceso histórico, desde el Inkario hasta esta etapa de la era
republicana.
En
segundo lugar, el asunto del mestizaje aún está hoy en debate, y ha sido materia
de enfoque incluso de psicoanalistas como Jorge Bruce y Max Hernández (Por ser
“ingas” y “mandingas” llevamos en nuestro yo profundo el trauma original del
hijo mestizo que sufrió el desplante del padre ─don Sebastián el conquistador─
y la resignación de la madre humillada ─Isabel Chimpu Oqllo la palla─).
En
tercer término, la palabra y el pensamiento de Garcilaso también nos motivarán
en la tarea de construir un Estado-nación acorde con los valores más nobles del
Homo sapiens contemporáneo.
De
ahí que entonces la obra Garcilaso: retrato dramático del ínclito mestizo tiene
la virtud de suscitarnos más de una reflexión. Nos consta que es el primer
texto teatral escrito por Guido Guevara, lo cual es digno de encomio, por su
esmerada calidad y su afán de escudriñar en la memoria histórica. Otro es el
mérito del magnífico elenco de actores, cuando establecen una verdadera
simbiosis emocional entre ellos y el público espectador.
N de R.- GARCILASO: Esta obra teatral fue estrenada la
noche del 13 de abril en la Sala Teatral de la Casa Museo Inca Garcilaso
de la Vega, bajo el título de “GARCILASO, retrato dramático del ínclito
mestizo” de Guido Guevara Ugarte. Luego se representó en el Teatro Municipal en
temporada regular que ha despertado gran expectativa.
La obra ha sido escrita en 4 actos. La escenificación
recoge la vida, obra y pensamiento del “Primer Escritor de América” Inca
Garcilaso de la Vega: el compromiso de su identidad existencial. Los avatares
de su niñez, las interrogantes y singularidades de su adolescencia; su
deslumbramiento ante la historia incásica; la inquietud angustiante de su
ser esencial, ante el dilema de lo indio y lo hispano; la muerte del padre y su
viaje a España; el fracaso de sus justas reclamaciones y demandas ante la
Corona; su asentamiento en Montilla y su dedicación al estudio, la escritura y
publicación de sus obras.
En el montaje
participan doce actores y un calificado equipo técnico. La dirección a cargo de
Guido Guevara, la escenografía de Manuel Gibaja y la producción de Arnaldo
Ponce de León. En el reparto destacaron: Humberto “Beto” Chaparro, Yonni
Cárcamo, Angie Escóbar, Adrián Valer, Juvenal Quispe, César Aguayo y la
presentación de nuevas figuras como Gladys Rojas, Diego Palacios, Jair
Villasante, Salvattore Carcagno y el debut de Guillermo Montesinos en el papel
del joven Garcilaso.
VENTANA DE LAS ARTES
OPINIÓN
RECORDANDO A UN ARTISTA DEL LENTE
ESE INOLVIDABLE CUSCO
Por: María Luz Crevoisier- Periodista
Seguramente, sin la presencia de fotógrafos como Martín
Chambi, Jorge Bouroncle (arequipeño radicado en la ciudad imperial)
,Manuel Figueroa Aznar, José Gabriel Gonzáles, Miguel Chani, Pablo
Veramendi-que retrató a la clase alta del Cusco con preferencia-
Horacio Ochoa y Daniel Cisneros Cáceres, se hubieran perdido para siempre
aquellas imágenes que nos hablan del Cusco de principios del siglo XX y décadas
posteriores, pues estos hombres de la cámara chica tuvieron la virtud de captar
ambientes, personajes y costumbres de ese mundo de antes del terremoto de 1950,
cuando aún era posible vislumbrar una ciudad idílica, típicamente mestiza y
autóctona.
“UN REALISMO IMPACTANTE”
Como “momentos de un realismo impactante”, definió Pierre
Fraixanet de la Universidad de Toulouse los trabajos de Daniel Cisneros, uno de
los pilares de la fotografía cusqueña, a quien recordamos en la fecha cercana a
su natalicio. Nacido en la ciudad de Sicuani un 22 de abril de 1901,
siente la vocación que lo llevó primero al estudio arequipeño de los
Vargas y más tarde a La Paz en donde perfeccionó sus conocimientos con el
alemán Kablin. De ahí en adelante, Cisneros se empeñaría en encontrar su propio
camino llegando a mostrar “un mundo totalmente en claroscuro, nítido,
contrastado” como diría Jean Andreu, crítico de arte de la Toulouse. Para más
adelante agregar, “aquí todo es quietud y serenidad. Se nota incluso una necesidad
de hombres y de mujeres de mostrarse auténticamente como son.”
La fotografía de Daniel Cisneros-que también incursionó
en la pintura produciendo telas al óleo de gran belleza-, es testimonial, no
del tipo postal, rompiendo con la costumbre de hacer posar a los personajes. El
captura circunstancias cotidianas grupales, quitando a los sujetos elegidos- en
este caso indígenas- ese halo de tristeza con que solían mostrarlos.--- En las
escenas cotidianas, el fotógrafo y las personas que retrata, logran una gran
familiaridad, pues como decía la antropóloga norteamericana Déborah Poole: “Por
un lado, las fotos de Cisneros nos quedan como registro del pasado, pero
también de su sensibilidad estética y curiosidad humanística por el Otro, que
marcó distancia de aquellas ideologías indigenistas en que el indio figura como
un triste y silencioso testigo del pasado”. Esta preocupación, resume la visión
inclusiva y social que poseía el artista, adelantándose a su época.
JOYAS QUE PERDURAN
En esa selección de fotografías, encontramos las de “El
comedor de los agachados”, “vendedoras de papas”, “Escuela de Música” y esas inolvidables
callecitas cusqueñas donde se pierde el recuerdo.
También hallamos la calle Mantas donde se ve transitando
a indígenas junto a sus acémilas; el famoso balcón de Pilatos, camino al templo
de Belén derrumbado por acción del terremoto del 50; el puente de Paucartambo, sin
olvidar la impresionante serie de fotos tomadas en la ciudadela de Machupicchu,
donde cuidó al detalle ángulos, espacios y conjuntos para darnos a conocer la
gran arquitectura de esta ciudad de leyenda. FIN
EXPOSICIONES
CARDAC MUNDO MÁGICO
En la sala de exposiciones del Banco de la Nación, ha
sido inaugurada la muestra personal del pintor Cleto Carpio Dávila, que firma
su obra como CARDAC. Presenta una serie de obras con el título de: “Mundo
Mágico de Cardac”, de factura libre que linda entre lo abstracto y figurativo,
tratando de hacer una pintura cuya expresión manifiesta una visión por la
realidad andina y lo magia que la envuelve, con una manipulación del color en
formas que se aproximan cerca de la geometrizacíon. Parece un operador que va
dosificando los gráficos y los colores destellantes en el plano del lienzo,
modificando las realidades observadas, haciéndolas más analíticas, como el caso
del Yawar Fiesta. Líneas y colores en movimiento, causan estremecimiento en el
espectador, pero es una movilidad paradójica, que en los otros lienzos
abstractos aparecen como una geometría cuasi cubista. La muestra es un recuerdo
a sus 40 años de pintor.
LIBROS Y REVISTAS
PATRIMONIO
PATRIMONIO es la edición Nro 14 de la Dirección Desconcentrada
de Cusco, que dedica en esta ocasión toda su temática al Museo Histórico
Regional - Casa Garcilaso. En un formato de forma cuadrada se ha diagramado la
revista y la carátula, que muestra una pieza emblemática, la escultura en
cerámica del Suche, y aparece con el titular de Reliquias, en esta forma
describe mejor aún, el contenido de esta revista muy bien ilustrada. Los
artículos firmados corresponden a los trabajadores, que claro, son los
guardianes de todo lo que se atesora en el museo, el primer artículo titulado:
“La diversidad Cultural del Museo Contemporáneo está rubricado por su actual
directora Ninoska Avendaño Soto, quien relata la función que cumple un museo y
al mismo tiempo de cómo éste se va adecuando al lenguaje de la modernidad desde
el punto de vista museográfico y museológico. Debemos destacar también los
artículos de Miguel Colque, que relata sobre: “La placa Saqsaywaman”; Amed
Velásquez sobre “Los muebles de asiento del Museo Histórico Regional como símbolo
de poder en el siglo XVIII”; luego prosigue, Washington Sullca, escribe sobre
“El proceso histórico de los obrajes cusqueños”, Antonieta Arana; Carmen Concha
Olivera y Sonia R. Oroz han tratado explícitamente sobre “ El Escudo del Inca
Garcilaso de la Vega”, y Manuel Guevara ha escrito sobre “Las transfiguraciones
Trinitarias, el barroquismo de la escuela Cusqueña”; Eugenio Huayapo, sobre
“Petaca del siglo XVIII”; Roberto Aedo sobre “Cahuide; Luz Marina Merma sobre “Los platos
ceremoniales” y Luz Marina Trujillo ha tratado el tema de “Escultura Lítica
felina”; Dany Abad Cruz sobre “La mitología europea en la iconografía virreinal
andina, una visión desde la interpretación iconográfica e iconológica de una
puerta del siglo XVII” y finalmente un artículo final firmado por Jhoselim
Ortíz de Orué Quirita ha escrito “Ideología Inka y códigos alfareros. La
representación escultórica del Suche”.
CELEBRES
CIEN AÑOS, LOS HERALDOS NEGROS
DE CESAR VALLEJO
Estando en colegio, quedé atrapado entre los versos del
poema “Los Heraldos Negros” de César Vallejo, y desde aquella ocasión buscaba más
libros del bardo que revolucionó la poesía del siglo pasado. En este mes de
abril que se recuerda su nacimiento y su poema célebre “Los Heraldo Negros” de
un lirismo existencial profundo, que cumple cien años. Recuerdo haber escuchado
por aquellos años, recitar a un actor nacional Hudson Valdivia, que declamaba
los versos de Vallejo en tertulias en los cafés cusqueños, él, prolongaba
algunas palabras de los versos vallejianos, y el público reventaba en aplausos.
Esto ahondó más mi admiración por Vallejo, creo que este poema cala
sorprendentemente el alma humana y consagra al poeta, porque revoluciona el
lenguaje poético. Recuerdo también que nuestro amigo cusqueño, el médico y
pintor Gonzalo Gamarra conoció en París al vate, me contaba que Vallejo pasaba
por las calles con sus manos envueltas con periódicos, para soportar el frío
del invierno parisino. Hoy, Los Heraldos Negros, viajan de mano en mano por el mundo, por
esa profunda expresión humana que revela cada poema, transformando conciencias.
¿Quién lo bautizaría como EL CHOLO? Se cuenta que fue Percy Gibson que
publicaba en la revista Palabra “En defensa de la Cultura” (1944). César muere
el 15 de abril de 1938, lo predijo en su verso “Me moriré en París con
aguacero”
M. G.
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