MAGRITTE Y SU
MUSEO
Escribe: Raúl
Carreño Collatupa
De Magritte
conocemos sus tan obras emblemáticas como el Autorretrato o Memorias de un
santo. El museo consagrado a él en su ciudad natal de Bruselas nos muestra una
realidad mucho más amplia sobre la trayectoria, las tendencias y la búsqueda
estética de este pintor.
El ensayista y
crítico de arte inglés Brendan Prendeville define a Magritte como “el pintor
surrealista más comprometido dialécticamente con el realismo y contrario a él”
y que sus “pinturas evocaban los espacios sistematizados (y también la extraña
irrealidad) que aparecen en los manuales académicos sobre la perspectiva” y
que “subvierte el realismo por medio de la paradoja: o quizás revela una
paradoja inherente al realismo”. Paradoja es la palabra para describir la
pintura de Magritte y que lo emparenta, en cierto modo, con el surrealismo de
Dalí.
Sorprende
constatar que el Magritte menos conocido transitara por diversas vías antes de
encontrar su estilo por el cual la posteridad lo identifica. Así se encuentran
cuadros muy próximos del puntillismo de Seurat e, incluso, del cubismo de la
época azul de Picasso. En dicho museo se aprecia incluso un cuadro que, a
primera vista, se podría atribuir, sin recato, a Gauguin, al Gauguin de los
explosivos colores tahitianos de su última fase vital. Se dice que en sus
primeras etapas estuvo fuertemente influido por Da Chirico; tras mucho
experimentar, halló su camino, ese camino surrealista tan peculiar como
inimitable que lo hace fácilmente reconocible.
Parte de su
creación se basa sobre las parodias; así hallamos cuadros que pretenden, en
apariencia, imitar, cuadros del siglo de las luces, que muy bien se prestan
para su carácter iconoclasta de los símbolos de esa época. Pero, una vez
establecido su estilo definitivo, “su pintura se hizo reflexiva y minuciosa, y
se caracterizó sobre todo por la asociación de elementos disímiles entre los
que establece ingeniosas analogías o nexos insólitos y disparatados, pero
convincentes dentro de la realidad pictórica. Así, sus referencias se van
haciendo cada vez más intelectualizadas, hasta el punto de que muchas de sus
obras deben leerse en relación con las tesis del estructuralismo. Son
habituales en sus cuadros los juegos de duplicaciones, ausencias y
representaciones dentro de representaciones”. El recorrido del museo Magritte
(acondicionado en la casa donde vivió veinticuatro años y del cual sólo habría
que quedar lo desatinado de su pobre iluminación) y el análisis de su obra nos
presentan a un hombre que “manipula imágenes cotidianas como un juego con el
que quiere devolvernos la frescura de la mirada”. Ese carácter lúdico, esa
búsqueda de lo sencillo y transparente, evidencian a un artista honesto que, a
fin de cuentas, sólo parece buscar su camino, un claro camino que reúne la
realidad con lo absurdo de una manera tan natural que sólo permite admitirla
sin mayor discusión. Y eso resulta de lo que él mismo constataba: que el mundo
le ofrecía tantas imágenes que no necesitaba salir de su casa para crear.
VENTANA DE LAS
ARTES
LIBROS
LA NOCHE LLORA
La noche del 24
ha sido presentado en la capilla del Hotel Monasterio de nuestra ciudad,
el libro: LA NOCHE LLORA de la escritora Arely Araoz, con el comentario crítico
e interpretativo de Guido Guevara Ugarte. El libro trata, como lo indica muy
brevemente su autora: “sobre el tema tan extendido y angustioso del abuso y la
violencia sexual con las adolescentes. Callar y evadir el tema es también una
forma de violencia anódica, silenciosa y por lo mismo muy peligrosa”.
Hemos invitado a
Guido Guevara para nos entregue la nota crítica para nuestra próxima edición de
Forma.
MÚSICA
CHARANGOS
Esta semana ha
empezado el Encuentro del Charango, bajo la coordinación del charanguista Fred
Arredondo. En este festival que se lleva a cabo en dos escenarios: El Teatro
Municipal y el Paraninfo Universitario, se presentan hasta hoy sábado, los charanguistas
de diversas partes del mundo: Argentina, Bolivia, Japón y Perú, así como de
Cajamarca, Arequipa, Ayacucho, Puno, Apurímac y por supuesto nuestros
representantes de Cusco. A modo de intercambiar ideas, experiencias se llevan a
cabo también talleres, conversatorios, exposiciones y conciertos.
QILLQA RAYMI
2014 - I FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DEL CUSCO
El primer Qillqa
Raymi lo comentamos con algunas críticas y sugerencias, como debía ser.
Retrotraemos alguna de ellas, para que quede constancia. No podemos dejar de
comentar esta importante actividad cultural, resaltando sus logros, encomiar la
iniciativa y la inversión. Señalemos algunas sugerencias, que ojalá tomen en
cuenta, dijimos, por ejemplo, definir el nombre o título del evento: Muchos
cusqueños se han pronunciado por utilizar mejor la grafía K’elqa en lugar de
Killqa. Debe estudiarse con anticipación una señalética que conduzca con más facilidad
al lugar de la feria, creando un mejor diseño en la disposición de los módulos
de libros, quizás en forma circular u otro que facilite una mejor circulación.
El
sonido, debe ser controlado, para no interrumpir las presentaciones de libros y
otros actos. El auditorio debe estar ubicado en un lugar acogedor en el que los
disertantes gocen de la presencia de mayor público. A esto agregamos, en
nuestro segundo comentario, que se dejen de lado las preferencias a escritores
afuerinos, así como amiguismos y parentela, esto ha hecho daño a la feria. Deben
ser más amplios, bajo una selección de buenos escritores y libros publicados.
Por lo tanto, deben abrir espacios y dar predilección a los escritores,
editoriales y distribuidores cusqueños, en una programación preferencial,
porque, como los organizadores han indicado este evento ha sido pensado como cultural
y multidisciplinario, que además de su objetivo central de crear un espacio de
encuentro de lectura, pretende llegar a la población lectora diversa de Cusco.
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