PEQUEÑAS SALAS OSCURAS
Los cineclubes y la importancia de la exhibición
Los cineclubes y la importancia de la exhibición
audiovisual alternativa en la ciudad del Cusco
Cuando uno comenta sobre el cine
cusqueño, viene a la mente una palabra: “Kukuli”. Sí, la pionera película (1961)
dirigida por Luis Figueroa Yábar, Eulogio Nishiyama y César Villanueva, es
nuestra partida de nacimiento audiovisual. En esto, estamos de acuerdo, pero lo
que no se dice, es que ésta y otras producciones de la época fueron motivadas
por quienes antes de convertirse en realizadores eran asiduos concurrentes al Cine
Foto Club Cusco. Muchas cosas cambiaron en el Cusco después del terremoto de
1950. En pleno proceso de reconstrucción de la ciudad no sólo se modificaron
las estructuras materiales sino también las mentales. Los pensamientos
indigenistas fueron reinterpretados por los artistas e intelectuales en
vigencia.
El cine, que cumplía sus primeros
sesenta años, era un fenómeno de masas en Latinoamérica. Momento que creyeron
preciso fundar en 1955 el Cine Foto Club Cusco por un grupo de cinéfilos
cusqueños y cusqueñistas; convirtiéndolo no sólo en una Asociación Cultural
reconocida legalmente, sino también en un espacio para la exhibición pública de
películas extranjeras y la producción de realizaciones cusqueñas. Casi una docena
de cortometrajes se registraron en ese fecundo período, previo a la realización
del largometraje “Kukuli”. Los miembros más activos del Cine Club pasaron de la
exhibición a la creación de manera espontánea. Aprendieron a grabar durante los
rodajes y recurrían a las películas que proyectaban para facilitar su educación
visual en la rápida búsqueda de un estilo para hablar de temas propios.
“Kukuli” fue una especie de sustentación de tesis de todos los conocimientos y
técnicas que iban adquiriendo. Se graduaron con honores. Para los especialistas,
“Kukuli" es una joya escondida por (re)descubrir; y, para los cusqueños, motivo de orgullo.
Los documentos señalan que hasta 1967
funcionó el Cine Foto Club Cusco, debido a que sus integrantes decidieron continuar
carreras en solitario migrando a otros lugares. Para ese tiempo, los cines en
Cusco ofrecían una cartelera comercial continua y estaban ubicados en el Centro
Histórico y alrededores de la ciudad. Se conoce que los pocos cineclubes de la
época eran propiciados tanto por círculos de estudios universitarios para fines
académicos (UNSAAC) como por los Centros Binacionales que comenzaban a trabajar
(ICPNAC, Alianza Francesa), bajo los auspicios de sus embajadas, difundían en
su mayoría películas con temas propagandísticos, documentales y académicos para
fomentar la difusión del respectivo idioma que impartían. Lamentablemente, no
se ha encontrado información (testimonial o bibliográfica) sobre los cineclubes
del Cusco en las posteriores décadas hasta el cambio de siglo.
CINEMA
PARAÍSO
Desde el año 2000, con la importación
masiva de aparatos tecnológicos que abarataban la proyección audiovisual (cañón
multimedia, ecran y equipo de amplificación portátiles) se vivió un
resurgimiento del Cineclubismo en Cusco. Muchos de los Institutos Binacionales,
Asociaciones Culturales y Centros de Estudios Superiores renovaron sus equipos
y, en algunos casos, delegaron a especialistas la conducción de sus cineclubes.
La más resaltante fue la llegada de la colombiana Inés Agressot; ella, le dio
periodicidad a los ciclos de cine (dividido por temática, autor o género
cinematográfico) y profesionalizó la labor cineclubista en la Alianza Francesa.
Cada jueves y durante los dos siguientes años enseñó cómo manejar un lugar
dedicado a la cinefilia. Lo que motivó que algunos de los asiduos visitantes al
cineclub, organizaron sus propios espacios.
Alumnos de las Facultades de
Comunicaciones, Biología, Derecho y Ciencias Sociales de la UNSAAC tomaron el
relevo y organizaron sus propios cineclubes. A raíz de la inestabilidad
política y organizacional del centro de estudios, solo prosperó el grupo que
decidió salir de las aulas universitarias para optar por acuerdos con
instituciones privadas que contaban con locales propios. El “Alucine Club Cusco”
trabajó con el ICPNAC por varios semestres e incluso co-organizaron un homenaje
a los realizadores y participantes de la mítica “Kukuli” (cuya copia fílmica se
pensaba perdida y que, gracias a la restauración en digital hecha por alemanes,
se pudo apreciar nuevamente la película en Cusco después de casi tres décadas) para
reconocer al Cine Foto Club Cusco.
Por: César Alberto Venero Torres
(*) Comunicador Social. Exhibidor y
realizador audiovisual independiente. Dirige la productora cusqueña
Alavistaserá Films. Fuentes: El Cine Sonoro en el Perú (2009) de Ricardo Bedoya
(Fondo Editorial – Universidad de Lima) / La Escuela Cusqueña de cine (1991) de
Adelma Benavente García y Carlos Gutiérrez Vásquez (Cuadernos del Instituto
Americano de Arte) / El Cine en el Perú (1950 – 1972) Testimonios (1993) de
Giancarlo Carbone (Fondo Editorial – Universidad de Lima).
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