EL ARTE RUPESTRE EN CUSCO
Cuando empecé a estudiar el arte
rupestre, imaginé que estas expresiones pertenecían a un determinado período de
la historia de la humanidad, provenían del período de formación del humano al
estar sujeto como cuerpo de hombre a las leyes de su vida animal; es cuando se
denomina que el arte apareció con el Homo sapiens; cuando el cerebro humano alcanzó
sus dimensiones plenas. Muchas son las clasificaciones que se han dado a estas
manifestaciones, así como varios son los períodos, el más conocido es el arte
del período paleolítico. Sin embargo, en nuestros viajes de investigación,
hemos hallado pintura rupestre y petroglifos de períodos absolutamente lejanos
a estos primitivos períodos, que se manifiestan en la época incaica y también
en la colonia, y los especialistas siguen denominando a esto como arte
rupestre. En otra edición determinaremos estos conceptos con mayor claridad,
para así comprender mejor esta expresión humana, mientras tanto prosigamos la
ruta tradicional y utilizando los términos impuestos por costumbre.
INKAQ PINTAYOC DE OLLANTAYTAMBO
Esta figura tiene clara alusión a
lo que estamos explicando en la introducción de este artículo, se trata de una
pintura que pertenece con toda probabilidad al período inka, desde su
denominación y como los pobladores de lugar nos lo han indicado: Inkaq pintayoq
o Inka pintay, se halla ubicado en un farallón inaccesible a una altura de más
de quince metros, en una balma plana cerca a la entrada principal del grupo
arqueológico de Ollantaytambo. Casi imperceptible se vislumbra la pintura de
una cabeza de figura humana sintetizada en sus formas, de color rojizo y cuyos
bordes blanquecinos en el contorno de la cabeza, señalan las formas de un gorro
que solían utilizar los guardianes de seguridad del Inka, esta prenda se
aprecia en los dibujos de Guaman Poma de Ayala en el dibujo titulado: “Conqvista levantose por rei inga mango
inga”. En la pintura “rupestre” faltarían las plumas características, y además
el Inka tenía otra indumentaria distinta, su maskaipacha. En la parte inferior
de esta cabeza hay una túnica o parte
del unku, de color azulino apenas perceptible rodeado de formas de contorno
grueso de tono blanco, no existen otros elementos simbólicos que indican la
figura del Inka. Las crónicas de los estudiosos de la cultura inka señalan que
se trata de una figura que representa a Manco Inka, basados en la conocida
crónica que el Inka se parapetó en la zona de Ollantaytambo después de su
levantamiento contra los inquisidores españoles en 1536; testimonio que asevera
que se trata de la representación de este personaje.
PINTURA RUPESTRE DEL DISTRITO DE CCORCCA.
Cerca de Cusco se halla un pequeño y abandonado distrito, Ccorcca,
apenas uno ingresa por la carretera que conduce al pueblo, se inicia un valle
por el que discurre un pequeño río, dentro de un gran farallón de variadas
alturas, al inicio de este valle se aprecia en sus bases, pinturas rupestres de
símbolos distintos, preferentemente de camélidos estilizados con manchas de
color blanco y rojizo de poca intensidad, también se aprecia un símbolo del sol
con irradiaciones blancas y tres rayos de tono rojizo muy claros, estos
símbolos primitivos representan las
fuerzas invisibles de un universo todavía no explicado o que se irá
convirtiendo en el nacimiento de sus mitos. ¿Qué significarán los símbolos del
sol y los rayos? ¿Serán representaciones del universo que los rodea? ¿O es una
mezcla de dioses protectores integrados a la vida y a la muerte?
En el otro extremo de este panel
hay figuras de auquénidos pintados de color blanco tenue, de esto deducimos que
los animales eran seres especiales, aun superiores a ellos, criaturas mayores,
por estas razones las personificaban y las grababan en los paneles de piedra. Pero,
hay una figura sobresaliente, distinta en el estilo peculiar de la pintura
rupestre, se trata de círculos irregulares concentrados de rojos y blancos, el
central está relleno de color blanco resaltante, luego otra mancha circular de
color rojo, y al final envuelta de otra capa de color blanco más delgada, hay
una disposición casi simétrica. Al lado izquierdo se distinguen figuras de tres
auquénidos de color blanco, de distintos tamaños, una se halla debajo de las
patas, pareciera ser una cría. ¿Por qué en este período se representa a los
auquénidos? ¿Era un afán de poderes mágicos de protección al animal? ¿O era
simplemente el retrato de una realidad? Creemos que no eran agentes
independientes, había razones valederas para ser representadas y especialmente
al lado de sus muertos, quizás con la esperanza de que sigan siempre vivas.
Seguimos escudriñando este
farallón, abajo pudimos encontrar nuevos testimonios, tres figuras humanas
enlazadas en actitud de movimiento, dos tomadas de la mano, la tercera un poco
alejada, pintadas de color ocre amarillo, figuras estilizadas que son conceptos
importantes por estar ligados a mitos antropomórficos, que guardan silencios de
estas polaridades de la vida y de la muerte. Indicamos esto, porque en muchos
lugares donde hay petroglifos y pinturas, están asociadas a la existencia de
tumbas, que los campesinos las llaman como “entierro de los gentiles”, ellos
tienen mucho respeto a sus muertos. Estas pinturas están casi escondidas, por
eso pasa inadvertidas a la mirada de los extraños y de los investigadores que
aún no la han registrado.
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