LAS MONTAÑAS Y EL PAISAJE AGRESTE DE CUSCO
CHALLHUAHUACHO, LO QUE FUE

En Mayo y Junio las montañas se juntan con las estrellas, la luna es fría y en el día refulge impetuoso el sol andino sobre el azul virulento de su cielo. El paisaje de la tierra se torna de colores cálidos de amarillos, y, a la distancia las montañas adquieren el color azul violáceo y la piedra muestra su gris metálico con manchas ocre rojizas, como señales de que allí están los minerales. Sucede que cualquiera que esté aquí, convive con el silencio sepulcral de los andes y por las noches goza de tocar las estrellas y mirar la sonrisa de la luna.
Los hombres de estas alturas viven integrados a la naturaleza, la han hecho suya, enfrentándose todos los días al reto del frío, domándola desde todas las madrugadas. Sembrando las semillas entre cánticos y danzas, para que la madre tierra ofrezca sus frutos mañana en los ojos de trigo de los niños y vivan la esperanza del mañana, ya que hoy sólo le dedican sus canciones al estilo de lo que Arguedas recopiló en sus años mozos.
Desde la madrugada de cualquier día, en un camión o en un bus de servicio, recorren el paisaje desde el Cusco hacia Cotabambas, Tambobamba, San Juan, Challhuahuacho, para luego arribar al distrito de Haquira. Todos los paisajes de esta parte de los Andes, tienen la quietud que se interpuso entre el cielo y la tierra, allí brillan las rocas como espejos redondos y despiertan las memorias olvidadas, los primitivos recuerdos y los sueños más antiguos.
CHALLHUAHUACHO
Challhuahuacho, es un nuevo y joven distrito de la provincia de Cotabambas, departamento de Apurímac, tiene apenas algunas calles con nombres de la santería cristiana, su traza urbana es desordenada, de acogedor paisaje y arquitectura nueva que se va modernizando por gestión de sus autoridades y la influencia de las mineras que la van transformando cada día en una nueva y rara población distinta. Mientras que las casas tradicionales pintadas de ocre y rojo natural, de techos dorados de ichu van desapareciendo a medida que lo moderno se va incrementando y desnaturalizando desdichadamente.
Challhuahuacho, nombre que proviene desde que los primeros habitantes eran pescadores de un pez especial, que abundaba en su río cristalino, tal vez, se asemejaba al Suche o las Huitas, pues tenía una boca grande y la denominaban Platusimi, por esta abundancia de peces el pueblo se autodenominó Challhuahuacho.
Los domingos, ya es costumbre establecida, aunque llueva, nieve o solee intensamente, los hombres, mujeres jóvenes y niños con caritas de manzana, aparecen de todas las comunidades de las alturas y de los bajíos, para reunirse en la pampa, a orillas de río. Desde las ocho de la mañana silenciosamente van llegando por los diversos caminos, grupos familiares con sus trajes, llegan a pie o a caballo, para intercambiar por el sistema de trueque sus productos, hacer compras o expender sus cosechas.
Llegan a este mercado popular con sus trajes legendarios y tradicionales, provienen de las 27 comunidades que se ubican alrededor del distrito de la parte baja y alta, como ellos dicen. Cada uno viste distinto, a la usanza de sus comunidades, vienen de Llamahuiro, Huawacho, Chocoro, Suntahuiri, Chahuan, Patari, Tambulla, Parán y muchas otras.
Se transportan en buses y camiones o sus recuas de caballos. Luego de la feria dominical, todos vuelven al origen de sus destinos, por las mismas rutas, por el polvoriento camino de herradura, por las cabezas de las montañas, por las orillas de los ríos transparentes que cantan su propia voz.
Uno de ellos nos cuenta: -Yo soy de la comunidad de Huacahuire, de Challhuahuacho. Vengo a comprar en la feria dominical de Challhuahuacho… trabajo en la chacra, trabajamos hilando, haciendo bayeta, elaboramos chullos, ponchos, bufandas. Las señoras hacen las fajas. Tenemos animales y la chacra, no hay otro trabajo, sembramos, ollucos, papa y maíz”
Manuel Gibaja.
VENTANA DE LAS ARTES
MÚSICA Y CONCIERTOS
CASHUAS Y TONADAS DEL CODEX COMPAÑON
Cashuas y Tonadas del Codex Compañon, concierto que tuvo lugar en la capilla del hotel Monasterio, se trató de música proveniente del virreinato (1783), con la interpretación de la Asociación Qantu del Cusco, que tiene un hermoso cunjunto orquestal y un coro compuesto por niños y adolescentes que deleitaron a un público ávido de música la noche del 15 de julio, ofreciendo un programa especial con las obras de Jaime Baltasar Martínez de Compañón, nacido en Navarra en 1737 y fue además obispo de Lambayeque. Este hombre inquieto recorrió varios lugares del Perú y América, además de cumplir con el oficio religioso, se dedicó a componer y recopilar la música popular del verreinato en nueve volúmenes de notas y acuarelas, que se hallan en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid y que con el talento y tiempo fueron transcritas de los facsímiles a las partituras por la excelente maestra Flor Canelo. Con un auditorio lleno, se dió inicio a un espectáculo digno, limpio y de gran calidad musical. La dirección orquestal estuvo a cargo de Fil Uno. Brillantes los intérpretes en la ejecución de sus instrumentos, los violines, los violoncellos, las flautas, las guitarras y otros instrumentos estuvieron en manos de niños y jovencitos que tienen la dulzura de interpretar con acierto cada uno de estos instrumentos de la orquesta Qantu. Hubieron también músicos invitados. Continúan los aplausos por este bello concierto.
Libros y revistas
FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DEL CUSCO

PUBLICACIONES
“EL ANTONIANO” REVISTA CIENTÍFICO CULTURAL DE LA UNSAAC.
“El Antoniano” revista científico cultural de la UNSAAC ya llega al número 130 en sus permanentes e ininterumpidas ediciones. En esta ocasión “El Antoniano” nos trae una serie de artículos de diversos autores y temas, tales como: “”Kamaqkuna” (Los fundadores) del Dr. Angel Avendaño, “De la Satisfación socioeconómica a la satisfacción psicosocial - bienestar e identidad” de Gustavo Valdivia Rivera, “Cusqueñismo” de Rossano Calvo, “Economía Bidimensional” de Juan van Kessel, “La Fábrica de Tejidos Urcos” de José F. Canal, “Asnusqa, juego murtuorio nocturno de los andes” de Efraín Cáceres, “Una excursión a Machupiccho” de José Gabriel Cosio, “La Comunicación Política en los procesos electoraes en el Perú” de Vidal Chávez, “Táctica y estrategias en la vida cotidiana de las vendedoras de artesanía en el Centro Histórico de la Ciudad del Cusco” por Daniel Guevara, “Vivir en el Patrimonio” por Erwic Flores C. y Elisángela León Dantas, “El Sílabo de la Asignatura de Educación Ambiental y la Conciencia Ambiental” por Moisés Rodríguez y Lucila Olavares, finalmente, “Transporte Ferroviario y privatización” de Jaime Prada Sánchez. Las páginas y la carátula están ilustradas por obras del pintor Vicente Huamán.
Bueno, la universidad debía o debe ser el foco de irradiación de la investigación, análisis, opinión y aportes en todos los campos de la cultura, la ciencia y las letras, y en verdad parece que esta revista es un ejemplo de ello, por lo menos edita cada cierto tiempo al año y ya es conocida en el ámbito universitario y también fuera de él, muy bien a quienes con esfuerzo se preocupan en difundir el pensamiento contemporáneo de Cusco.
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