FORMA 10
“Pese a su fragilidad, el patrimonio cultural inmaterial es un importante factor del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización. La comprensión del patrimonio cultural inmaterial de diferentes comunidades contribuye al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida”.
Es una buena ocasión para tratar el tema de la cultura inmaterial, dado el caso de que una de las instituciones más representativas, CRESPIAL está cumpliendo diez años de la Convención UNESCO 2003 del P C I.
El PCI o Patrimonio cultural intangible forma parte de las declaraciones de la Unesco para la salvaguardia del patrimonio no tangible, conocido como oral o inmaterial. Según la Convención para la custodia del patrimonio cultural inmaterial, "es el crisol de nuestra diversidad cultural y su conservación, una garantía de creatividad permanente."
Conceptúan que: Son usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos-, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes a las comunidades, grupos y en algunos casos a los individuos, para que se reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural y que se heredan de generación en generación, uniendo pasado, presente y futuro. Continúan indicando que la cultura no son los objetos, las cosas o la denominada cultura mueble, sino que cultura inmaterial es lo que hace y produce la gente, es decir las expresiones espirituales que están ligadas a espacios.
¿Y qué es tu propio patrimonio? Es lo que uno reconoce en cualquier comunidad, aún en las ciudades cosmopolitas o en las modernas en las que se va encontrando fusión de expresiones culturales contemporáneas. Por lo tanto no sólo son las listas que están reconocidas por las entidades culturales como el Ministerio de Cultura o la UNESCO.
Porque, cultura es toda creatividad que el hombre hace, por esto es que en la comunidad se mantiene un concepto de la interrelación más próxima a las artes, con la cultura. Por lo cual, tiene que ver con la identidad de los pueblos y de todas las comunidades. Esto se puede registrar colectivamente y es el análisis experto de los especialistas que pueden definir de cuántas y cómo se definen las generaciones en sus expresiones culturales colectivas.
Porque el Patrimonio Cultural Inmaterial es dinámico, hay cambios generacionales, transformaciones, no está congelado en el tiempo. La cultura interactúa con la naturaleza y su historia, por ejemplo: los cambios climáticos, las políticas culturales, las fiestas tradicionales, los aportes creativos que provocan interrelaciones nuevas.
Infunde un sentimiento de identidad y continuidad. La expresión comunitaria no niega cierto tipo de identidades, aun aquellas nuevas que se integran por naturaleza propia.
Contribuye a promover el respeto de la diversidad cultural y humana. Sin embargo hay competencias que están mal interpretadas, porque es necesario aceptar la pluriculturalidad en el abanico cultural.
El PCI, se manifiesta en: Tradiciones y expresiones orales (incluye el idioma) allí están también las adivinanzas, cuentos, canciones infantiles, mitos, cantos, poemas épicos, sortilegios, plegarias, salmodias, representaciones dramáticas y artes del espectáculo (música tradicional, danzas, teatro)
Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo. Estos abarcan saberes, técnicas, competencias, prácticas y representaciones.
Técnicas artesanales tradicionales: cerámica, textil y otras manifestaciones artesanales.
Finalmente salvaguardia significa proteger, promocionar, valorar, transmitir y revitalizar las expresiones de la cultura inmaterial del hombre.
Esta salvaguardia debe concebirse y aplicarse siempre con el consentimiento y la participación de la comunidad. Hay que cuidar, especialmente con los rituales secretos, porque altera y comercializa el ritual. MG
INMENSIDAD ÍNTIMA
OPINIÓN
A PAOLO NO LE GUSTAN LOS TRUENOS
Escribe: Juan Pablo Luza Pillco
Tiene apenas tres años y medio, es un poco gordito, tiene la cara redonda, siempre sonriente; los ojos inquietos, vivaces que siempre están explorándolo todo; la mente alerta y esa bendita costumbre de poner al mundo de cabeza con sus travesuras; vive a cien por hora y cualquiera puede cansarse antes que él. A veces, cuando descansa y te deja tiempo para la reflexión y uno puede verlo con tranquilidad y distancia, dan ganas de decir que es feliz y Dios quiera que sea así, porque él y todos los niños del mundo se merecen eso.
Cuando está en casa se encuentra en su territorio, en su mundo particular, recorre todos los ambientes en completa libertad, dejando en cada uno las huellas de su presencia: dibujos en las paredes, huellas de sus manos en los cristales, esquinas descascaradas; pareciera que nada lo detiene, que nada lo acobarda; nada, hasta que llegó la última Navidad…
En Navidad se celebra el nacimiento del niño Jesús, es también la fiesta en la que más se ensalzan los sentimientos de amor, bondad y caridad, por eso algunos dicen, y con razón, que es la fiesta de los niños, claro que ninguno de ellos cuenta con los pirómanos, con los incendiarios, con los amantes de la pirotecnia que con sus estruendos se encargan de estropearle la fiesta a los niños que sólo entienden de angelitos, velas y regalos.
Ya es de noche y en casa, Paolo todo lo ve a través de las luces multicolores que adornan el árbol, todo lo siente cantando los villancicos que aprendió de sus profesoras jardineras, juega con sus primos y sus juguetes nuevos, a lo lejos se oyen estridentes, espaciadas las primeras bombardas de la celebración, pero a medida que se acerca la hora el estruendo es mayor, ya no parece una diversión y de pronto faltando cinco minutos para la hora señalada se desata el caos.
Cohetes, cohetecillos, cohetones, bombardas y sabe Dios qué artefactos más explotan al unísono, iluminando el cielo nublado y oscuro. Paolo corre a los brazos más cercanos, se asusta, se desespera y llora; su madre lo recibe protectora, le cubre la cabeza, lo besa y le va hablando para que se calme, le dice que solo son truenos y nada más. Poco a poco entre pucheros lacrimosos, se va calmando convencido que son los truenos de la lluvia.
Para él ya se acabó la fiesta, ya no quiere seguir en la sala y con su madre se van a su cuarto. En su cama, con la luz apagada, abrigados y protegidos bajo las frazadas, cuchichean bajito; antes de dormir le recuerda a su madre que no le gustan los truenos y a poco rato felizmente echa a dormir. Por lo menos para él la paz de la navidad ha llegado y ojalá todos los niños pudieran gozar de la paz que trae el niño Dios, su mejor regalo para ellos.
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