DÍAS DE COSECHA


Bello libro de colección
 “Días de Cosecha” - selección de textos de www. Tierra de Maíz. com, es el título del último libro editado por Vera Andrea Carvajal, quien acaba de llegar al Cusco. El libro está para ser mostrado ante los ojos de ansiosos lectores de historias inéditas y trascendentes. Vera es de Cali, Colombia, pero ahora radica en Lima y es una amante ferviente del Cusco, por eso se aparece aquí toda vez que puede.
Apenas tuve entre mis manos el libro, me despabilé de emoción, fue como el primer “milagro” del lunes. Desde el diseño de la carátula, ejecutado por su hermano Lizardo Carvajal, que es un maíz y una máquina de escribir, una ilustración llena de símbolos y cromatismos muy bien compuestos, en el que uno se queda en acto contemplativo, y mientras observas, vas subiendo poco a poco por una ramita hasta llegar a esa mariposa que te conduce inmediatamente al título de la obra: “Días de Cosecha”, libro repleto de palabras en lenguaje poético, real, cautivador, provocativo y reflexivo. Hallarás también una serie de vivencias notables con personajes que van trascendiendo a sus tiempos, construido y legado para todos, entre conceptos y metáforas impactantes.
El libro se fue creando de a poquitos, pues arrancó allá por el 2007 y vio la luz el 2014, convirtiéndose en un libro que abre sus páginas para despertar y transitar por los caminos de la vida, pues a través de sus textos, va relatando con dulzura y lenguaje claro una serie de crónicas y recetas vivenciales en su Colombia querida.
Vera empezó, cuando decidió escribir en un blog denominado Tierra de Maíz, y desde ese momento ha reunido más de 250 artículos. Luego, se fue transformando el libro en un libro espejo, un libro reflejo, donde puede mirarse desde adentro o desde fuera…” más allá agrega: “El poeta debe tener su equipaje y estar listo para emprender el viaje de las ideas por los caminos del escrito…”. Y es así, porque este libro nos sacude el alma, por lo que nos sirve y nos place.
Vera nos explica y dice que el libro está dividido en capítulos, en el que cada uno comienza con una receta, para después dar paso a los artículos que desarrolla en cada capítulo. La estructuración interna tiene que ver con el tema del maíz, visto más allá de ser sólo un cereal. Tiene un eje de identidad y es la América Latina, con el punto de vínculo entre el pasado y el presente.
Veamos que nos trae cada capítulo:
La Mazorca Desgranada, contiene textos cortos que le hacen guiño a la poesía, y comienza con la receta de la chancarina, que es una golosina de sabor poco refinado. Presenta relatos poéticos de increíble belleza y realidad, como si fuera una reportera de los sucesos diarios, de las cosas cotidianas, de los rituales de sábado en la noche, de los espejos y de la danza.
Pelusa Cotidiana, habla sobre temas de vivir en el presente. Nos hace mirar esa realidad que no la percibimos normalmente, además que están tratadas con fino humor, acercándonos al chocolate, a las mujeres de verdad y a las cosas caseras que adquieren importancia en sus palabras.
Maíz Nuestro, se inicia con la receta de las arepas y sus sabores, el sabor de las abuelas y del sabor de esta América cobriza, nos dice. Cuenta además sobre algunas reflexiones de la política, sobre todo, para recapacitar sobre el derecho a llamarnos americanos. Hay una mirada crítica a nuestros medios sociales, mostrando además la capacidad del asombro y los momentos inexplicables de la vida.
Maíz Amargo, se inicia con una receta para elaborar la chicha, pero luego no es sólo eso, sino que la chicha también es el pueblo, sus fiestas, sus sentimientos. Tiene que ver con los sucesos y la situación de guerra y los derechos humanos en la Colombia actual.
Y, De la espiga al Cielo, Historias de personas. Comienza con los tamales de Conchita, describiendo paso a paso los saberes de cómo hacer un tamal. Narra también, historias del campo que mantienen la memoria del maíz.
Así es cómo este libro viene paseando por esta América nuestra, Lima, Cali, Bogotá y Cusco, cruzando los cielos, pero esencialmente, llegando al espíritu claro de la gente que lo irá leyendo día a día.


VENTANA DE LAS ARTES                                                              

                    “FANTOCHES Y MONALISAS”
 “Fantoches y Monalisas, Teatro de Títeres integrado por Miguel Rodríguez y Felipe Rodríguez, ambos de origen colombiano, se hallan en una gira itinerante por diversos países Latinoamericanos, se presentaron en el Cusco, en el Teatro Municipal y en el Café Cultural Cocolido, también en Lima y en Ecuador. Nada más fantástico es gozar de este tipo de espectáculos que muy de vez en cuando se presentan en nuestra ciudad, naturalmente han sido muy bien acogidos. Ellos nos han explicado sus orígenes y trabajo creativo: Felipe: “El trabajo que hacemos con los títeres, es un trabajo de animación a la vista, compartimos escenario con los títeres; pero tratamos en lo posible de anularnos como actores, para cederle toda la energía a los títeres, por eso en el escenario están los personajes. Esta es una de las muchas técnicas de títeres que hay, marionetas, guiñol, bocón, mofet, el mundo de los títeres es tan amplio como la misma humanidad, y el límite del títere es la mente del titiritero”.
Felipe: “Bueno la formación de Miguel, es de artista plástico, él estudia eso en la Universidad y hace danza folclórica; por mi parte, hago teatro, pero tengo un pre-grado en la universidad en licenciatura, entonces tengo contactos muy interesantes con los adolescentes, acercándolos al teatro, al lenguaje cinematográfico y de ahí partimos en algún momento, una coincidencia, en un trabajo en conjunto con Miguel, para trabajar en los títeres. Entonces, yo escribo la dramaturgia de la obra y Miguel hace la parte plástica de la misma, de manera que ahí está el principio de Fantoches y Monalisas, donde unimos nuestros talentos y habilidades, para darles vida a estos campesinos colombianos que nos han traído por toda Sudamérica, contando la historia Canturio de Amor.
Cada función es única, por más que cuentan la misma historia, cambian elementos, agregan unos, quitan otros.
Sobre el apoyo a la cultura y al teatro nos han dicho: “Bueno en Colombia el presupuesto para cultura es un porcentaje muy bajo, en comparación con el presupuesto que se tiene para la guerra, entonces los presupuestos más bajos son salud, educación y cultura, es lamentable, no supera ni el 5%. Sin embargo, el Ministerio de Cultura ha estado intentando generar unos procesos interesantes a través de convocatorias de estímulos a artistas, y hay un ambiente de crecimiento en estos últimos años, lo que nos da regocijo”.

  DEL DOMINGO DE RAMOS AL DOMINGO DE PASCUA

Fuera de los rituales religiosos que vive la ciudad y su feligresía durante la Semana Santa, está la aparición de largos puestos de venta de panecillos, pastelillos y panes de “hurka”, los que se expenden en distintos mercados y calles de la ciudad. Aparecen de forma tradicional y muy popular el Pan hurka y los panes costra de canela, pero, lo más destacable son los pastelillos de formas incomparables como son: las empanadas, los bizcochuelos, las roscas de yema, los maicillos, los suspiros y condesas. Detrás de todo esto, sospechamos que debe haber una infinita cantidad de anécdotas e historias secretas sobre las fórmulas para preparar cada uno de ellos, así como sus recetas inconfundibles, los que ya han penetrado en el recuerdo y la memoria del panadero.

OPINIÓN
ESCAPISMO

Pablo Ojeda Vizcarra

Quienes no aprendieron a conocerse a sí mismos (viaje al cosmos interior), por más que vivan aparentemente conformes y satisfechos con sus éxitos socioeconómicos, están condenados a ponerse caretas y valerse de muletas falsas para escapar de la realidad. Conscientemente le sonríen a la vida y creen que ésta les ha dado todo lo suficiente para sentirse realizados como seres humanos, pero en el inconsciente se dan revoltijos anímicos que, en el fondo, los llena de desencantos que no alcanzan a comprender. No se dan cuenta de su infortunio, porque amoldados por una sociedad cada vez más deshumanizada e injusta, creen que ése es el curso natural de la vida. No viven a plenitud. Viven muriendo, viven por vivir, como piezas del engranaje social alienante. Como diría César Vallejo: “Estáis muertos, / Qué extraña manera de estarse muertos. / Quienquiera diría que no lo estáis. Pero en verdad, / estáis muertos”.

Y los escapismos está ahí, regados alrededor del mundo y al alcance de esa mayoría gregaria que no ve más allá de sus límites mundanos: Políticos sin principios, roedores del botín estatal. Fanáticos en religión y política atrincherados en sus murallas de intolerancia y autosuficiencia. Corruptos de toda índole que invaden como plaga instituciones públicas y privadas. Profesionales y burócratas adormecidos por falta de sensibilidad social. Jóvenes libertinos que, alcoholizados o drogados, sólo parasitan. Y muchos otros más de la vorágine social decadente.

El vacío existencial del individuo lo induce a la búsqueda compulsiva de desvalores que lo ofuscan y lo envuelven en rutinarios escapismos. Escapan con la embriaguez del poder, extremos sensuales, codicia y muchos otros delirios momentáneos y autodestructivos. Escapistas fondeados por el sistema capitalista, experto en robotizar seres humanos.

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