ALFONSINA BARRIONUEVO Y LAS WAKAS DE QOSQO
Son más de trescientas las wakas de Cusco, de ellas sólo estoy tomando treinta, nos dice Alfonsina. Pero ¿qué es una Waka? – Era un sitio sagrado en tiempo de los incas, antes de la llegada de los españoles,  hace más de 500 años, los incas ya tenían las wakas por lo menos 250 años antes. En esta exposición, tenemos wakas naturales y wakas hechas por la mano del hombre. De lo que se trata es que los cusqueños conozcamos los lugares sagrados que existen en el centro histórico.
Empecemos con las lagunas, que son el corazón de los nevados, de los cerros o Apus, que subsisten en todos los andes. Son las qochas  las que inspiraron a Kusi Yupanqui.
El Apu kuntur o Apuchin, es el gran ave del silencio y del espacio que se convierte en el mensajero celeste de los sacerdotes andinos. El cóndor lleva las semillas del rayo a la Otorongoqocha.

¿Esta es una waka al agua? -Es una Mama Yaku, la madre agua es importante, sin ella no habría vida ¿Y los incas realmente hicieron acueductos de primer orden?- De primer orden, porque ellos trazaron acueductos con una técnica muy bien lograda y  mantenían  también manantiales.
¿Cómo han podido ser las casas antes que habitaran Cusco? - Mirando una foto de los Q’eros, ella dice: Son casas de los Q’eros de las partes más altas, casas, principalmente hechas de barro y con poca piedra. ¿También se determinan como una waka? - No, estamos dando una idea de cómo hubieran sido las casas de los arqavisas que fueron uno de los grupos primeros que se establecieron en esta parte de Cusco.
Cuando estamos frente al muro del Qorikancha, dice: Es un muro circular, la gente le llama torreón, en realidad es un muro semi curvo que protege una gran wanka sagrada.
En otra foto se muestra el Qoriqancha, pero tiene el nombre de Sumaraura ¿a qué se debe esto? -.--Estudiando las wakas del centro histórico de Cusco, y a los Quipukamayuq,  que fueron los que dieron información a los cronistas. Explican que esto es Sumaraura, una construcción semi circular, muy parecida a la que hay en Machupicchu. Detrás de ella, hay una wanka que es muy importante y sagrada, porque manejaba el sistema pétreo del Cusco. La gente no sabe que está ella detrás del muro, tal cual lo tenían los incas y se halla intacta desde hace más de 600 años.

Qolqampata, no es exactamente una waka, podría ser la residencia de Paullo Inca que fue nieto de Wayna Q’apaq; detrás, se encuentra un recinto precioso de un pulido lindo que sí es waka, y recuerda a Ayar Auq’a que se convirtió en piedra.
En el Intipampa (zona del convento de Santo Domingo),nunca me imaginé que existían 7 wakas. Tenemos por ejemplo Warasinsi Waka, que contenía a los terremotos,  Willca Nina, que era como la waka del fuego, Tuluka que era una waka especial hecha de argamasa o barro ligoso, muy extraño y otras.
En algunas fotos aparecen la figura de pequeños de vasos ceremoniales  con la cabeza del inca que significan el homenaje a los incas utilizando el q’ero.
En el qoriqancha tenemos 4 recintos principales dedicados al sol, a la luna,a las estrellas, al arcoiris y al trueno. Lo interesante es que en la parte central se encuentra esa especie de recipiente petreo Q’aritampukancha o patio del Qorikancha, que vendría a ser el lugar donde Manco K’apaq puso sus pies para la fundación.
Intiquiqllu, parece una especie de resquicio abierto y pertenece al barrio de Jatunqancha y es un hermoso muro de las aqllawasis.
La hermosa plaza Aukaypata o la plaza mayor, era waka, en ella estuvo y sigue presente la Pachamama Qosqowanka. Aquí tenemos muchas wakas, tenemos, una que pertenece al Usnu, un altar solar con carácter sagrado, ahí comienza Hatun Qancha, también tenemos una waka dedicada a los Ururaukas o sea a los guerreros de piedra que ayudaron a Kusy Yupanqui a vencer a los chankas.
Hay una foto que muestra un ángulo de la calle denominada siete culebras, sin embargo tú la denominas como Micheq Amaru. Sí, porque era la casa del sacerdote del agua y del arcoíris que lleva siete serpientes talladas.
La casa de Inca Roca, uno de los hermanos de Kusy Yupanqui,  fue después de  Pachacuteq. Esta obra está hecha en piedra diorita verde, que es única en su uso en esta zona, cerca,  hay un intiwatana en diorita verde también,  y que correspondería a la residencia de Pachacuteq.
En la plaza central hay construcciones de tipo colonial y no se ven wakas. Sì existen, por ejemplo: En la esquina del Aukaypata, estuvo Asana, en la parte interior hay hornacinas y fue residencia de Huayna Qapaq, a lado había una waka que pertenecía al viento o waira y más arriba en Saqsa Huma (Saqsaywaman) estaba Siroqaya, que era la waka del granizo, te contaré que a la izquierda había una pequeña laguna que dicen, era en la que se bañaba el rayo, el trueno o illapa, algo metafórico y que la gente  trasmite oralmente hasta ahora.
El intihuatana o intijhuaytana, es la waka, donde los rayos del sol iluminan y se amarran al sol. Donde el sol hace florecer sus rayos. -En el Cusco había varios, el de Santa Catalina es el principal, en un hotel llamado Sueños del Inca, donde se ve el gnomon perfectamente, aquí estaba la residencia de Pachacutec, este era su altar solar especial, donde él llevaba el bolo del sol.
Al final nos otorga un mensaje: Hay que respetar y tener cariño por estas evidencias del pasado, querer y cuidar lo que nos dejaron nuestros antepasados. MGibaja


VENTANA DE LAS ARTES                                                                                     

EXPOSICIONES

WAKAS DEL QOSQO
Ha sido inagurada la muestra de fotografías denominada Wakas de Qosqo, en la Sala de Exposiciones Temporales de la Casa Garcilaso, muestra que pertenece a la dirección selectiva y provocada por la escritora y periodista Alfonsina Barrionuevo. Se trata de una serie interesante de fotografías que revelan parte de las 300 wakas cusqueñas que datan de hace siglos y que algunas aún se mantienen intactas en el centro histórico y en otras zonas de Cusco. Las wakas no sólo eran lugares tangibles, sino que, según explica Alfonsina, eran también intangibles, por ejemplo, una laguna donde se bañaba el rayo, los cielos de atardeceres maravillosos o las montañas sagradas. Los fotógrafos  José Álvarez Blas y Fernando Seminario han logrado recrear las Wakas con excelentes fotografías a color.

MESTIZAJES, NUEVO CD DE WIPHALA
Este disco ha tenido el apoyo en la edición de la Compañía Minera ANTAPACCAY gracias a la gestión de Fernando Moscoso, así como los amigos que han brindado sus aportes económicos y artísticos, entre ellos: Germán Palomino, Wilfredo Valdivia, Néstor Sullca, Víctor Cruz, Ligia Valdivia, Carol Bellota, Javier Mayorga, Régulo Mellado, Miguel Morales y Betsabé Valdivia, con las pinturas de Manuel Gibaja que ilustran la carátula y el interior.
En este CD, la música  peruana y latinoamericana, se oyen muy bien ensambladas y con un logro exquisito. Por ejemplo: En el vals peruano se ha considerado un vals jaranero, un vals melódico y un vals andino, cada uno con sus características especiales y regionales. En cuando a los otros temas se ha realizado un trabajo de recopilación y adaptación a los instrumentos mestizos que dominan con acierto y profesionalidad.
En referencia a la música latinoamericana se ha incluido temas de México, Ecuador y Bolivia muy bien elegidos. Los músicos e intérpretes son: Fred Arredondo (charango, ronroco y chillador), David Tello (guitarra, bajo, percusión) y Jaime Arias (quenas, quenacho y flauta traversa)

U N E S C O Y CRESPIAL
“Diversidad cultural e interculturalidad en educación superior: experiencias en América Latina” (2008) es un obra que ofrece un documentado y novedoso análisis sobre la diversidad cultural e interculturalidad en educación superior, acompañado de más de treinta estudios sobre experiencias concretas que permiten apreciar la riqueza y vitalidad que este campo exhibe en América Latina, así como los problemas y desafíos que enfrenta.
El libro es resultado de la labor del Proyecto Diversidad Cultural e Interculturalidad en Educación Superior en América Latina, y ha sido posible gracias a las contribuciones de más de cuarenta colaboradores de once países de la región. Reconociendo la importancia que la valoración y promoción de la diversidad cultural y la interculturalidad tienen para la UNESCO y, con relación a la educación superior, para el IESALC, así como las interrelaciones entre este campo y otros temas de gran importancia en la agenda regional, como los de inclusión social y papel de la educación superior, la ciencia y la tecnología en el desarrollo sostenible, en mayo de 2007 se le solicitó a Daniel Mato un proyecto al respecto. Una vez aprobado por la Dirección, el proyecto comenzó sus actividades en julio de 2007 y en agosto fue presentado ante el Consejo de Administración que alentó entusiastamente su realización. El proyecto está orientado a realizar investigación sobre experiencias de instituciones de educación superior (IES) de América Latina dedicadas a atender necesidades y demandas de formación terciaria de comunidades de pueblos indígenas y afrodescendientes y a formular recomendaciones de políticas en la materia.
Puedes descargar gratuitamente este libro a través de este enlace: http://bit.ly/1MvPiHT

JOSÉ URIEL GARCÍA
Los recuerdos y remembranzas se ponen al día durante las celebraciones de nuestra ciudad, y hay una serie de homenajes y discursos que resaltan a quienes idearon las celebraciones del mes de Cusco y a quienes fundaron instituciones culturales que son el ideario de los cusqueños que amamos nuestra tierra. Pero este verbo debe convertirse en acción, en defender el patrimonio y las manifestaciones de nuestra cultura ancestral y contemporánea.
Transcribimos un párrafo del texto del escritor y poeta Ángel Avendaño que aparece en la Historia de la Literatura del Qosqo: Del Tiempo Mítico al Siglo XX - Tomo II - Cusco, Perú que a la letra dice: “Y nadie como José Uriel García, que se sumergió con tal profundidad en las significaciones del Qosqo, su obra es la primera propuesta sistemática para examinar sin pasionismos localistas las trascendencias geo-históricas del Qosqo, su rol de eje axial, sincretizador, suscitador y encauzador de las turbulencias y los légamos culturales andinos.
Los contemporáneos de José Uriel García lo recuerdan hosco, malgeniado, caminando siempre solo, como rumiando sus pensamientos en sí mismo. En realidad, tras esa careta irascible se encontraba un hombre triste que conoce las tribulaciones del mundo de cerca. García se encaró a su sociedad desde temprano. Vivió el vacío y el llanto de su orfandad paterna. Acaso fue desconfiado, incrédulo, pero nunca desesperanzado. La creencia en un mundo mejor y la fe en una sociedad más justa apuntalan toda la arquitectura de su creación histórico-filosófica, las justifican y la hacen obra símbolo de la literatura del Qosqo del siglo XX.”

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